PROFESIONES . César García Marirrodriga, Project Manager de la misión Lisa Pathfinder de la ESA

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PROFESIONES . César García Marirrodriga, Project Manager de la misión Lisa Pathfinder de la ESA
César García Marirrodriga

Son los años, con sus éxitos y sus tropezones, los que le pueden dar a cada uno su oportunidad

Es un ingeniero aeronáutico de Palencia, que de pequeño veía pasar los aviones a 30.000 pies y que nunca pensó que llegaría a trabajar en Astronomía. Se especializó en motores de avión, pero “las casualidades de la vida” le fueron acercando profesionalmente, poco a poco, al Espacio. Tanto, que hoy es Director de Proyecto –Project Manager– en la ESA, nada más y nada menos que de la misión científica LISA Pathfinder.

Su primer destino profesional fue en el Astrofísico de Canarias. “Estudié ingeniería aeronáutica en la Universidad Politécnica de Madrid – cuenta César García- , y un profesor de la Escuela me avisó de que en Tenerife estaban buscando alguien que supiera de elementos finitos e inglés, para hacer un telescopio con el equipo británico que había concluido recientemente el William Herschel. Y dije, pues yo mismo, porque me atraía la Astronomía y trabajar con un equipo internacional de ingenieros que ya tenían mucha experiencia en el diseño y desarrollo de grandes telescopios. Y así participé en los primeros pasos del GRANTECAN, el actual telescopio de 10 metros de diámetro”.

Más tarde, un amigo le dijo que había una vacante en la ESA. Envió la solicitud, lo llamaron para la entrevista y le dieron una plaza de ingeniero de mecanismos de satélite. Y así es como llegó a ESTEC hace 25 años, con su mujer, un hijo recién nacido (de los tres que tiene) y con algo de miedo porque sabía poco o nada de Espacio. “El primer día de trabajo el jefe de sección me mandó una tarea específica, revisar un diseño de rodamientos o algo así, y me puse a ello. Y luego a la siguiente. Y a estudiar, que es lo que hay que hacer cuando no sabes de algo”.

Misión del Project Manager

El trabajo de un Project Manager o Director de Proyecto de una misión espacial consiste en liderar el desarrollo de todos los aspectos de la misión, y es el responsable de que se cumplan los requisitos técnicos dentro del plazo y presupuesto fijados. “Esto incluye –explica García Marirrodriga– el satélite, la instrumentación, la puesta en órbita con el vehículo lanzador y las operaciones y verificación en órbita. El equipo de proyecto de una misión científica como LISA Pathfinder en ESTEC (Centro Europeo de Investigación y Tecnología Espacial, situado en Noordwijk, Holanda) se centra en que se cumplan todas las expectativas científico-técnicas; no hace todo el trabajo de la misión, sino que se contratan o delegan en otros equipos. Por ejemplo, en nuestro caso el satélite se contrató a Airbus Defense & Space, el lanzamiento a Arianespace y las operaciones se delegan en ESOC, el Centro de Operaciones de la ESA en Darmstadt, Alemania”.

El trabajo siempre es en equipo

La mayor parte de la jornada laboral del Director de Proyecto de LISA la dedica a escuchar y a asegurarse de que la comunicación sea efectiva. “Es clave –dice- que la información fluya, que los temas se discutan con las personas que más saben, y que los objetivos y decisiones sean conocidas y compartidas por todos. Aunque el acuerdo surge con frecuencia de manera natural, es parte de mi trabajo tomar y comunicar decisiones. Todo esto se hace a través de muchos correos electrónicos, documentos o reuniones presenciales”.

Foto de familia del equipo de Airbus DS y ESA durante la campaña de lanzamiento en el Centro Espacial de Kourou. Crédito: CNES.

Y es que el día a día cambia en función de la fase en que se encuentre el proyecto. “Lo que no cambia –afirma rotundo César- es que el trabajo siempre es en equipo”.

El papel del equipo de proyecto y de su director concluye en su mayor parte cuando se certifica la misión en el Espacio. En el caso de LISA este hito se alcanzó el pasado mes de marzo, cuando concluyeron las pruebas de todos los sistemas en órbita. En ese momento la responsabilidad pasa al Mission Manager, cuya base está en ESAC (Centro Europeo de Astronomía Espacial de Villanueva de la Cañada, en Madrid).

Lo que ocurre es que el testigo no se suelta del todo en ese momento, porque, según explica César García, “como LISA Pathfinder es una misión científica de demostración tecnológica, seguimos muy de cerca el comportamiento en órbita. Además, desde el punto de vista de la gestión, hay que cerrar formalmente todos los contratos”.

Quién hace qué

El Director de Proyecto de la misión LISA Pathfinder asegura que el papel de la industria ha sido instrumental con respecto a entender y desarrollar los requisitos científicos. Está todo tan unido en esta misión que la industria no sólo ha intervenido en el satélite, en el lanzador o en las operaciones, sino también en lo relacionado con el desarrollo del instrumento y a la intervención. “Con esto no quito papel a los científicos, sino que subrayo el notable trabajo conjunto entre los científicos y los ingenieros”.

“Cuando empiezas una misión fomentas que haya competición. Y la hay. Hay un mecanismo establecido que asegura la competencia y la transparencia. Con un elemento corrector para que todos los países participen en su porcentaje. En los programas obligatorios, que son los científicos –explica–, hay unos requisitos de geo-retorno a las empresas de cada país miembro que no van referidos a una misión específica –a diferencia de los opcionales, donde las empresas de un país reciben encargos proporcionales al montante con el que haya contribuido al programa su país–, sino que se van produciendo a lo largo de un ciclo de años. Pero a quien piense que la empresa equis se ha llevado un contrato porque algo hay que dar a una empresa española, hay que decirle que no es así. En el caso español lo que suele ocurrir es que hay más ofertas con éxito, hay más capacidad que posibilidad de otorgar la actividad. Más bien, hay contratos que no se dan porque se ha sobrepasado el porcentaje de geo-retorno”.

No hay un camino académico único

La mayor parte son ingenieros superiores o máster, que con frecuencia han ido ampliando estudios a lo largo de su carrera profesional. “En mi caso –dice García Marirrodriga– soy ingeniero superior aeronáutico por la UPM, años después hice un MBA (Master in Business Administration) y un máster en Ingeniería de Sistemas Espaciales en la Universidad Tecnológica de Delft, en Holanda. Pero en lo que coincidimos los directores de proyecto de la ESA es en tener una experiencia amplia y contrastada, tanto técnica como de gestión y liderazgo de equipos. Y también en que hace falta dar un paso adelante si se presenta la ocasión”.

Se trata, en parte, de lo que en inglés llaman serendipity: estar en el sitio adecuado en el momento oportuno. Y estar preparado, claro, para dar ese paso adelante porque evidentemente no es cuestión de carambola. “Vas tomando decisiones, te va llevando la vida –reconoce–. Yo no puedo decir que fuera consciente en cada momento. Luego miras para atrás y te das cuenta de que muchas cosas de las que hecho en la vida están relacionadas con la ciencia básica o con la Astronomía. Pero lo cierto es que soy Director de Proyecto porque hace cuatro año y medio el que era Project Manager dejó vacante la plaza. Vi una oportunidad y decidí intentarlo”.

El equipo de proyecto de LISA Pathfinder en el despacho de César García en ESTEC

César García cree que la pregunta del millón de dólares es cómo se puede despertar en los jóvenes el interés por las profesiones STEM –ciencia, tecnología, ingenierías y matemáticas–, vocaciones de las que hay un déficit creciente en Europa. “Sin ánimo de dar una solución general –dice– creo que en la influencia en el entorno más cercano; que vean que disfrutas con esta profesión puede ayudar a que la siguiente generación vea en las STEM algo interesante para ellos. ¡En mi caso, dos hijos y tres sobrinas! Además, nos podemos involucrar con los colegios de nuestro entorno para contar a los niños con nuestra experiencia y entusiasmo para qué sirven estas profesiones. Recientemente he contribuido a la exhibición de una pieza de vuelo del LISA Pathfinder en un centro cultural y científico de la provincia de Palencia, de donde procedo, para que los niños y jóvenes vean más cercano y alcanzable prepararse para nuestras profesiones. Para un joven que se haya enfocado a la ingeniería o a la ciencia, el sector espacial atrae por su retos de innovación y su proyección de futuro para toda la sociedad. No es el único sector innovador, por supuesto; lo importante es que cada uno persiga su sueño de acuerdo a sus capacidades. Y de entrada, no creo que llegar a ser director de proyecto deba ser una ambición cuando se es joven. Son los años, con sus éxitos y tropezones, los que le pueden dar a cada uno su oportunidad”.

Un profesional satisfecho

Salta a la vista que César García es un profesional satisfecho. “Ahora, cuando estamos presentando los fantásticos resultados de la misión LISA Pathfinder (más información en la sección Actualidad) no puedo decir más que liderar una misión espacial tan innovadora, que hunde sus raíces en la teoría centenaria de la Relatividad General de Einstein, y que posibilita una nueva ciencia, la Astronomía Gravitacional, ha sido una suerte y un orgullo inmensos. Durante muchos años hemos trabajado como un solo equipo, muchos ingenieros y científicos para hacer esto posible a pesar de los retos y dificultades”.

Este ingeniero aeronáutico suele decir que, de alguna manera, sigue haciendo telescopios; porque LISA, en el fondo, es como un telescopio con el que no mides fotones sino ondas gravitacionales. Y quizá los siga haciendo en el futuro porque, de hecho, como siguiente reto profesional le gustaría liderar otra misión científica que abra una puerta nueva a la ciencia y la tecnología “ya para nuestros hijos”.

LAS CLAVES DE UNA MISIÓN

LISA Pathfinder pone a prueba tecnologías que permitirán estudiar el Universo de forma diferente a como se venía haciendo hasta ahora: a través de las ondas gravitatorias.

LISA Pathfinder está verificando la tecnología necesaria para detectar ondas gravitatorias, algo que sólo se puede conseguir en el Espacio y con unos instrumentos de una precisión exquisita. Las ondas gravitatorias son perturbaciones en el espacio-tiempo descritas por la teoría general de la relatividad de Einstein, y detectarlas, demostrando así su existencia, permitiría entender mejor la relatividad general y abordar el estudio de cuestiones fundamentales de la Astrofísica.